Los Angeles

Bar pegado a la estación del ave, hemos tomado un refresco nada más dejar el coche en el parking de la estación, bar con menú del día y para tomar algo rápido, muy luminoso y lleno de plantas, trato cercano y precio correcto.

Buen sitio justo al lado de la estación del AVE. Está bien que haya un bar en donde el cliente se sienta cómodo tanto al bajar del tren como al subir a él o aunque seas de la ciudad sin ser viajero. Concretamente nosotros estuvimos almorzando al bajar del AVE desde Zaragoza mientras mi sobrina se examinaba de la UNED pero está ubicado en un buen lugar.

Nos ha tocado hacer trasbordo en Calatayud en nuestro viaje en tren y hemos ido a tomar algo. Super cerca de la estación de tren, ya que la estación no tiene cafetería y con terraza. El camarero super atento y amable.

Por el precio del menú 14 euros, no es caro y sus platos estan bien presentados y aseados. Aunque con una reducida oferta de platos que te asegura la frescura de las viandas. El bar está convenientemente muy cerca de la estación del AVE (unos diez metros). Si comes allí no hay posibilidad de perder el AVE. El camarero es de la vieja escuela: callado, delgado y discreto. Pero antes de comer cerciorate de que llevas efectivo suficiente para pagar lo consumido pues este bar restaurante carece de datáfono para cobrarte en tarjeta. Es una vuelta al pasado rural de la España de los años 70 (por lo de la tarjeta) pero con antología del grandisimo don Paco Martínez Soria. Los platos del menú parecen sacados de esos años 60-70 que para un comensal de cierta edad y con ganas de revivir lo bueno de su pasado (es decir, de su feliz juventud) encontrará esos platos muy similares a los que comía en los restaurantes de menú diario que se caracterizaban por su sobriedad pero que eran muy apetitosos para una comida fuera de casa. El camarero o el propietario con un posado de posible tío gruñón y sin prisas hace el servicio de mesa, oye no te confundas, que es un buen tipo. Pero ¡ojo! que en este bar (y ahora es el momento estelar, a lo Paco Martínez Soria) está prohibido pagar con tarjeta sólo se cobra en contante efectivo (billetes y monedas). Lo del datáfono no va con ellos. No sé si por alguna mala experiencia o porque la banca digital aún no ha llegado. Que de ser cierto es cosa para Museo, en este caso de Museo Viviente. Si estás cerca del bar restaurant "Los Angeles" te lo recomiendo y si buscas experiencias gastronómicas de los años 70 es de visita obligada para un paladar exigente y conocedor de esos años. Disfruta de su menú cierra tus ojos y aún podrás imaginar que el gran Nino Bravo está cantando tu canción favorita. Eso también, si eres filólogo y chiflas por los dialectos aragoneses del castellano, entre plato y plato, tus oídos como si de un regalo se tratase se deleitaran del acento, entonación y hablar (vocabulario) bilbilitano que por esos lugares fluye tan vivo y rico como el agua del río Jalón, y sin represas, tal cual.